Jamás había tenido que vivir una situación tan embarazosa como ayer por la tarde, en serio. Me ha pasado "casi" de todo en el metro... desde intentos de atraco, jovenzuelos quinceañeros con ganas de reirse de alguien llamandome señor e intentado reirse de mi (tengo 27 años, no hace tanto me cogía sus mismos pedos con algo más de cabeza).

Pues bien, salgo de la oficina con mi mujer (trabajamos juntos, nada recomendable)... como siempre, me enciendo un cigarro (maldito vicio cochino) y voy camino de Palos de la Frontera... ea... con mi tranquilidad.

Entramos en el metro, y después de 2 minutos, subimos al vagón. Dos paradas de pié, ya que el metro parecía una lata de sardinas.

Veo dos sitios, le digo a mi chica que nos sentásemos. Eran sitios separados por un apoya-brazos... y al lado, había un señor mayor con cara de eso, de señor mayor.

Pues cuando pasa mi mujer, decide utilizando ese libre albedrío que Dios nos dio, tocarla el culamen...

Mi chica se queda con cara de Poker. Yo tuve un ascenso de la tensión en cuestión de dos segundos en el que se me pusieron los ojos inyectados en salmorejo... En vista de la edad del viejo salido, decido hacer la vista gorda y sentarme a su lado.

Durante tres paradas, aguanto codazos del viejo... al décimo codazo, más o menos, le pregunto:

PICHU: Desea algo?
VIEJO: Por qué no te cambias de sitio para que pueda meter mano a la rubia?
PICHU: Caballero, es mi mujer. Por qué no se comporta?
VIEJO: Tu quítate que estás gordo, y que se siente ella que la quiero tocar.
PICHU: ME CAGO HASTA EN SU PUTA ESTAMPA! USTED LO QUE ES ES UN HIJO DE LA GRAN PUTA Y LE VOY A ARRANCAR LA PIEL A TIRAS, ¡SO GUARRO!

El viejo verde se levanta exaltado, pidiendo que llamen a seguridad, que el macarra rapao (estoy calvo, ya lo habéis visto) le quiere robar y pegar.

No sabía donde meterme.

Adivinad quien acabó fuera del metro dos paradas antes de su casa. Si... yo mismo.

Entró gente de seguridad en el metro, y sin mediar palabra, me pidieron de no muy buenas formas, que saliese del vagón.

No me dieron pie ni a explicar qué pasó. Amenazaron con llamar a la policía.

Resumen para vagos:

Un viejo verde mete mano a mi mujer en el metro, la quiere seguir metiendo mano y le digo que es mi mujer, sigue insitiendo, pongo a parir al viejo y este se hace la víctima de un robo. Me sacan a mi del metro.

FIN.
Si le veo hoy, le tiro a las vías.