Hombre Sabo, cargarse un Aston Martin Rapide da como mucha más grima que cargarse un kart. Además el del Aston se la ha pegado por capullo (o al menos eso me parece), y encima se ríe, ¡vaya gracia le hará al fabricante! Seguro que no le dejan un coche más a este tío, porque pisar el pedal sabemos todos, pero controlar un coche potente...
En el caso del kart el piloto no tiene la culpa, la tiene el que sale de boxes sin mirar. ¡Vaya tela!