La verdad es que sí tengo vocación frustrada de profesor, aunque seguramente no habría tenido la paciencia necesaria. Pido disculpas por mis manías correctoras, siempre lo hago con espíritu positivo y la mejor de las intenciones, y con la idea de que serán bien recibidas, porque a mí sí que me gusta aprender del día a día. De hecho me encantan los programas concurso, porque se aprenden algunas cosas que uno no sabía y eso aumenta la cultura general. Aunque de poco me sirvan ya a mi edad...